Creo que si se quiere creer en Cristo mejor es comprarse una buena(1) Biblia, leerla y tratar de interpretarla personalmente, claro tratando siempre de mantener la autocrítica. No me gustan las religiones sin embargo, no puedo hablar en particular sino de la que conozco mejor que las otras puesto que fui educada en ella: la religión Católica. El Cristo en la Cruz es una manera muy eficaz para someter a los creyentes : “He aquí el mayor ejemplo de amor : el sacrificio de Cristo”. De forma que todo ser humano pecador, deberá pagar con su vida entera el amor de Cristo, el inmenso sacrificio suyo por nosotros y nosotras. Así aprendemos a aceptar el dolor en carne propia para hacer como el Cristo que nos enseñaron(2): el sacrificio.
Estoy segura de que el sacrificio no es amor, ni que el amor signifique sacrificarse. Creo que cada ser humano es soberano de sus decisiones y si yo admiro el personaje de Cristo es por su coraje no por el tamaño de su sacrificio. Felizmente conocí la corriente Católica Latinoamericana llamada Teoría de La Liberación(3); gracias a ella yo pude ver al Cristo de un modo totalmente distinto de aquél que me habían enseñado en la escuela. Esta nueva interpretación me mostró un tipo valiente, firme, capaz de cumplir con su palabra, auténtico y honesto. Desde entonces nunca he vuelto a creer ni a aceptar a ese Cristo víctima que desde hace siglos, ciertas personas del Poder han inventado para mantener a los pueblos dominados y sumisos. Yo no acepto el sacrificio de ningún tipo, yo no me sacrifico jamás. Soy consciente de que lo que hago, soy yo quién decido hacerlo, incluso si mi vida entera de eso depende. Nada ni nadie me obliga, siempre elijo. A eso le llamo yo ser responsable. Esta idea de responsabilidad la aprendí gracias a Nietzsche. Un gran pensador que, desgraciadamente, no pudo deshacerse de lo mítico de las creencias religiosas; él inventó otros dioses y quedó, por desgracia, sumergido en los mitos(4).
Estoy segura de que el sacrificio no es amor, ni que el amor signifique sacrificarse. Creo que cada ser humano es soberano de sus decisiones y si yo admiro el personaje de Cristo es por su coraje no por el tamaño de su sacrificio. Felizmente conocí la corriente Católica Latinoamericana llamada Teoría de La Liberación(3); gracias a ella yo pude ver al Cristo de un modo totalmente distinto de aquél que me habían enseñado en la escuela. Esta nueva interpretación me mostró un tipo valiente, firme, capaz de cumplir con su palabra, auténtico y honesto. Desde entonces nunca he vuelto a creer ni a aceptar a ese Cristo víctima que desde hace siglos, ciertas personas del Poder han inventado para mantener a los pueblos dominados y sumisos. Yo no acepto el sacrificio de ningún tipo, yo no me sacrifico jamás. Soy consciente de que lo que hago, soy yo quién decido hacerlo, incluso si mi vida entera de eso depende. Nada ni nadie me obliga, siempre elijo. A eso le llamo yo ser responsable. Esta idea de responsabilidad la aprendí gracias a Nietzsche. Un gran pensador que, desgraciadamente, no pudo deshacerse de lo mítico de las creencias religiosas; él inventó otros dioses y quedó, por desgracia, sumergido en los mitos(4).
Jacopin(5) decía que existen dos maneras para concebir los mitos : la primera es de modo positivo, es decir, al estar de acuerdo ; la segunda es el caso inverso, de modo negativo, es decir, rechazando el mito. En ambos casos, al aceptar o negar, el mito se mantiene. La única forma de romper un mito es la no creencia, de forma que ya no luchemos ni por ni contra, simplemente porque ya no creemos en el mito. Aprecio mucho lo que La Teología de la Liberación me permitió ver, sin embargo, ya no soy ni creyente ni católica pues soy consciente del grado humano en la invención de los mitos. Quién sabe si existe un Dios en el Universo. Puede ser que sí y puede ser que no. Aquello no me causa grandes conflictos. Pero si existiese un Dios, yo prefiero concebirlo como el Cristo que lucha, que escoge morir por sus ideas porque es fiel a sus principios y no porque quiere someter a los demás a través de la manipulación afectiva, el chantage emocional y el sacrificio.
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[1] Al decir buena quiero decir que dicha Biblia debe ser una reproducción muy cercana a la original.
[2] Heredaron.
[3] Movimiento teológico cristiano nacido en la América Latina de los años 60 (1960). Propone una nueva lectura de los Evangelios fusionando el proyecto divino y la lucha contra la opresión y la explotación de los pueblos.
[4] El mito en las sociedades humanas, es una explicación verdadera o falsa a hechos y fenómenos del mundo. Que la mitología no corresponda a una realidad no es importante, la gente cree en ella y esa misma gente hace parte de un grupo social que cree en eso. Hacen parte de un sistema* coherente que funda la concepción de un tipo de universo. Lo importante no es lo verdadero o lo falso de un mito sino el acuerdo entre la gente que lo comparte. C. Lévi-Strauss, 1958.
*Sistema: conjunto de gente que vive en grupo y que comparte las mismas concepciones del mundo y sus fenómenos.
[5] Pierre-Yves Jacopin, Antropólogo. Discípulo de Lévi-Strauss y Profesor del Instituto de Altos Estudios de América Latina (IHEAL). Mi propio Maestro de Antropología.