lunes, marzo 10

¿Qué es el Mercado?

En el mundo vivimos todos y todas sometidos a una economía de mercado que nos ha transformado en consumidores. Estos sistemas basan el éxito y la felicidad en el consumo a ultranza. Pero, ¿qué tiene de negativo consumir? ¿por qué es tan negativo el sistema de mercado?

Hace mucho tiempo se dividió a la humanidad en dos grandes grupos: capitalismo y socialismo. La derecha se suponde que defiende al individuo, mientras que la izquierda se supone va en pro de lo social, lo colectivo. Sin embargo, no me cabe duda alguna de que el ser humano es tanto SOCIAL como INDIVIDUO. Ambas particularidades nos son propias y tratar de disociarlas ha sido tan nocivo como absurdo. También el MERCADO está profundamente ligado a nosotros y nosotras, seres humanos. El sistema capitalista ha ido triunfando sobre el sistema social, porque se ha amparado de este bien que nos es indispensable.

Los seres humanos vivimos en sociedad pues nos necesitamos unos a otros y otras; no todos somos capaces, ni disponemos del tiempo necesario para crear todo aquello que necesitamos. Así es como, desde siempre, los seres humanos hemos intercambiado en sociedad: tanto ideas, como alimentos, vestidos, utensilios, etc. El mercado era el lugar donde la gente se encontraba; incluso Sócrates desarrolló toda su filosolfía en un mercado. Pero ese mercado del que les hablo era un lugar humano, donde quiénes producían algo se instalaban para venderlo.

Alguien muy observador, entendió la importancia de este medio de interacción humana y lo ha utilizado durante décadas para enriquecerse. Ese alguien se ha llamado capitalismo y ha convertido nuestro querido mercado en un enorme lugar dónde ya nada es vendido por quién lo fabrica, ni tampoco es posible el encuentro cercano entre seres que se necesitan mutuamente. Los enormes hipermercados que invaden cada vez más las regiones del mundo, han absorbido todos los bienes y han ido aniquilando poco a poco a todos los pequeños comerciantes. Los productos han sido estandarizados; ya casi nadie conoce las casi cien variedades de tomates, ni de maíz, ni de papas, ni de nada. La producción local está muriendo en pro de las importaciones de producciones a gran escala que destruyen tanto tierras como poblaciones.

Todos y todas compramos a diario algo para subsistir: necesitamos alimentarnos, vestirnos, educarnos, divertirnos. El mercado no es en sí algo negativo, como tampoco son negativos ni el individuo ni lo social. Lo negativo es la manera en la cuál los sistemas políticos y económicos se han servido ellos.

Mucha gente, por desconocimiento, cree que cambiar la realidad del mercado es una utopía. Sin embargo, las cosas pueden cambiar. No se trata de dejar de comprar ni de producir, se trata de volver a producir e intercambiar a escala humana, entre seres humanos.

Cuando vayas a comprar piensa en ayudar a los pequeños productores e incentiva la producción orgánica. Se trata de salvar la naturaleza porque es gracias a ella que en este planeta hay vida; si seguimos aportando al crecimiento del sistema de consumo masivo, seguiremos destruyendo el único lugar dónde es posible la vida humana: Nuestro Planeta Tierra.